El trastorno por atracón (TEA) es un tipo de trastorno alimentario y de la alimentación que ahora se reconoce como un diagnóstico oficial. Afecta a casi el 2% de las personas de todo el mundo y puede provocar problemas de salud adicionales relacionados con la alimentación, como niveles altos de colesterol y diabetes.
Los trastornos de la alimentación no tienen que ver sólo con la comida, por lo que se reconocen como trastornos psiquiátricos. Las personas suelen desarrollarlos como una forma de enfrentarse a un problema más profundo o a otra condición psicológica, como la ansiedad o la depresión.
Este artículo examina los síntomas, las causas y los riesgos para la salud del trastorno por atracón, así como la forma de obtener ayuda y apoyo para superarlo.
¿Qué es el trastorno por atracón y cuáles son los síntomas?
Las personas con trastorno por atracón pueden comer mucha cantidad de comida en poco tiempo, aunque no tengan hambre. El estrés emocional o el desestrés suelen influir y pueden desencadenar un periodo de atracones.
Una persona puede sentir una sensación de liberación o alivio durante un atracón, pero experimentar sentimientos de vergüenza o pérdida de control después.
Para que un profesional sanitario diagnostique un trastorno por atracón, deben estar presentes tres o más de los siguientes síntomas:
- comer mucho más rápido de lo normal
- comer hasta estar incómodamente lleno
- comer grandes cantidades sin sentir hambre
- comer solo debido a los sentimientos de vergüenza y de pudor
- sentimientos de culpa o asco hacia uno mismo
Las personas con trastorno por atracón a menudo experimentan sentimientos de extrema infelicidad y angustia por su exceso de comida, su forma corporal y su peso.
Resumen: El trastorno por atracón se caracteriza por episodios repetidos de ingesta incontrolada de cantidades inusualmente grandes de comida en un periodo corto. Estos episodios van acompañados de sentimientos de culpa, vergüenza y malestar psicológico.
¿Qué causa el trastorno por atracón?
Las causas del trastorno por atracón no se conocen bien, pero probablemente se deban a una serie de factores de riesgo, como:
- Genética. Las personas con TCA pueden tener una mayor sensibilidad a la dopamina, una sustancia química del cerebro responsable de las sensaciones de recompensa y placer. También hay pruebas sólidas de que el trastorno se hereda.
- Género. El SED es más frecuente en las mujeres que en los hombres. En Estados Unidos, el 3,6% de las mujeres experimenta el SED en algún momento de su vida, en comparación con el 2,0% de los hombres. Esto puede deberse a factores biológicos subyacentes.
- Cambios en el cerebro. Hay indicios de que las personas con BED pueden tener cambios en la estructura del cerebro que dan lugar a una mayor respuesta a la comida y a un menor autocontrol.
- Tamaño del cuerpo. Casi el 50% de las personas con TCA tienen obesidad, y entre el 25 y el 50% de los pacientes que solicitan una intervención quirúrgica para perder peso cumplen los criterios del TCA. Los problemas de peso pueden ser tanto la causa como el resultado del trastorno.
- Imagen corporal. Las personas con TDC suelen tener una imagen corporal muy negativa. La insatisfacción corporal, las dietas y la sobrealimentación contribuyen al desarrollo del trastorno.
- Ataques de comida. Los afectados suelen informar de una historia de atracones como primer síntoma del trastorno. Esto incluye atracones en la infancia y en la adolescencia.
- Trauma emocional. Los acontecimientos vitales estresantes, como el abuso, la muerte, la separación de un familiar o un accidente de coche, son factores de riesgo. El acoso infantil debido al peso también puede contribuir.
- Otros trastornos psicológicos. Casi el 80% de las personas con TCE tienen al menos otro trastorno psicológico, como fobias, depresión, trastorno de estrés postraumático (TEPT), trastorno bipolar, ansiedad o abuso de sustancias.
Un episodio de atracón puede ser desencadenado por el estrés, una dieta, sentimientos negativos relacionados con el peso o la forma del cuerpo, la disponibilidad de comida o el aburrimiento.
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Resumen: Las causas del TAB no se conocen del todo. Como ocurre con otros trastornos alimentarios, hay una serie de riesgos genéticos, ambientales, sociales y psicológicos asociados a su desarrollo.
¿Cómo se diagnostica el trastorno por atracón?
Aunque algunas personas pueden comer en exceso ocasionalmente, como en Acción de Gracias o en una fiesta, esto no significa que tengan DEB, a pesar de haber experimentado algunos de los síntomas mencionados anteriormente.
El trastorno de ansiedad generalizada comienza entre el final de la adolescencia y el principio de la veintena, aunque puede aparecer a cualquier edad. Por lo general, las personas necesitan apoyo para superar el TCA y desarrollar una relación sana con la comida. Si no se trata, el TCA puede durar muchos años.
Para ser diagnosticado, una persona debe haber tenido al menos un episodio de atracón por semana durante un mínimo de tres meses.
La gravedad va desde la leve, que se caracteriza por uno a tres episodios de atracones a la semana, hasta la extrema, que se caracteriza por 14 o más episodios a la semana.
Otra característica importante es no tomar medidas para “deshacer” un atracón. Esto significa que, a diferencia de la bulimia, una persona con TDC no vomita, ni toma laxantes, ni hace demasiado ejercicio para intentar contrarrestar un episodio de atracón.
Al igual que otros trastornos alimentarios, es más frecuente en las mujeres que en los hombres. Sin embargo, es más común entre los hombres que otros tipos de trastornos alimentarios.
¿Cuáles son los riesgos para la salud?
El trastorno por déficit de atención e hiperactividad se asocia a varios riesgos importantes para la salud física, emocional y social.
Hasta el 50% de las personas con TDC tienen obesidad. Sin embargo, el trastorno es también un factor de riesgo independiente para ganar peso y desarrollar obesidad. Esto se debe al aumento de la ingesta de calorías durante los episodios de atracones.
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Por sí sola, la obesidad aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares, diabetes de tipo 2 y cáncer.
Sin embargo, algunos estudios han descubierto que las personas con BED tienen un riesgo aún mayor de desarrollar estos problemas de salud, en comparación con las personas con obesidad del mismo peso que no tienen BED.
Otros riesgos para la salud asociados a la CAM son los problemas de sueño, los dolores crónicos, el asma y el síndrome del intestino irritable (SII).
En las mujeres, la afección se asocia con un riesgo de problemas de fertilidad, complicaciones en el embarazo y el desarrollo del síndrome de ovario poliquístico (SOP).
La investigación ha demostrado que las personas con trastorno por déficit de atención e hiperactividad informan de dificultades en las interacciones sociales, en comparación con las personas que no padecen la enfermedad.
Además, las personas con TCA tienen una alta tasa de hospitalización, atención ambulatoria y visitas al servicio de urgencias, en comparación con las personas que no tienen un trastorno de la alimentación o de la conducta alimentaria.
Aunque estos riesgos para la salud son importantes, existen varios tratamientos eficaces para el TDC.
Resumen: La CED está relacionada con un mayor riesgo de aumento de peso y obesidad, así como con enfermedades asociadas como la diabetes y las cardiopatías. También existen otros riesgos para la salud, como los problemas de sueño, el dolor crónico, los problemas de salud mental y la reducción de la calidad de vida.
¿Cuáles son las opciones de tratamiento para el trastorno por atracón?
El plan de tratamiento para el TCA depende de las causas y la gravedad del trastorno alimentario, así como de los objetivos individuales.
El tratamiento puede dirigirse a las conductas de atracón, al exceso de peso, a la imagen corporal, a los problemas de salud mental o a una combinación de ellos.
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Las opciones de terapia incluyen la terapia cognitivo-conductual, la psicoterapia interpersonal, la terapia conductual dialéctica, la terapia para perder peso y la medicación. Pueden llevarse a cabo de forma individual, en un entorno de grupo o en un formato de autoayuda.
En algunas personas, puede ser necesario un solo tipo de terapia, mientras que otras pueden necesitar probar diferentes combinaciones hasta encontrar el ajuste adecuado.
Un profesional médico o de la salud mental puede aconsejar sobre la selección de un plan de tratamiento individual.
Terapia cognitivo-conductual
La terapia cognitivo-conductual (TCC) para el SDE se centra en el análisis de las relaciones entre los pensamientos, sentimientos y comportamientos negativos relacionados con la alimentación, la forma del cuerpo y el peso.
Una vez identificadas las causas de las emociones y patrones negativos, se pueden desarrollar estrategias para ayudar a las personas a cambiarlos.
Las intervenciones específicas incluyen el establecimiento de objetivos, el autocontrol, la consecución de patrones de comida regulares, el cambio de pensamientos sobre uno mismo y el peso, y el fomento de hábitos saludables de control del peso.
Se ha demostrado que la TCC dirigida por un terapeuta es el tratamiento más eficaz para las personas con TCA. Un estudio descubrió que, tras 20 sesiones de TCC, el 79% de los participantes dejaron de tener atracones, y el 59% de ellos seguían teniendo éxito después de un año.
Otra opción es la TCC de autoayuda guiada. En este formato, los participantes suelen recibir un manual para trabajar por su cuenta, junto con la oportunidad de asistir a algunas reuniones adicionales con un terapeuta para ayudar a guiarles y establecer objetivos.
La forma de terapia de autoayuda suele ser más barata y más accesible, y existen sitios web y aplicaciones móviles que ofrecen apoyo. La TCC de autoayuda es una alternativa eficaz a la TCC tradicional.
Resumen: La TCC se centra en identificar los sentimientos y comportamientos negativos que provocan los atracones y ayuda a poner en marcha estrategias para mejorarlos. Es el tratamiento más eficaz para el BED y puede realizarse con un terapeuta o en formato de autoayuda.
Psicoterapia interpersonal
La psicoterapia interpersonal (TPI) se basa en la idea de que los atracones son un mecanismo de afrontamiento de problemas personales no resueltos, como el duelo, los conflictos de pareja, los cambios vitales importantes o los problemas sociales subyacentes.
El objetivo es identificar el problema específico vinculado a la conducta alimentaria negativa, reconocerlo y luego realizar cambios constructivos durante 12-16 semanas.
La terapia puede ser en formato de grupo o individual con un terapeuta formado, y a veces puede combinarse con la TCC.
Hay pruebas sólidas de que este tipo de terapia tiene efectos positivos tanto a corto como a largo plazo en la reducción de la conducta alimentaria compulsiva. Es la única otra terapia con resultados a largo plazo tan buenos como la TCC.
Puede ser especialmente eficaz para las personas con formas más graves de atracones y las que tienen una menor autoestima.
Resumen: La TIP considera los atracones como un mecanismo de afrontamiento de problemas personales subyacentes. Aborda las conductas de atracón reconociendo y tratando esos problemas subyacentes. Es una terapia que tiene éxito, especialmente en los casos graves.
Terapia conductual dialéctica
La terapia conductual dialéctica (TDC) considera los atracones como una reacción emocional a experiencias negativas que la persona no tiene otra forma de afrontar.
Enseña a las personas a regular sus respuestas emocionales para que puedan hacer frente a las situaciones negativas de la vida cotidiana sin caer en los atracones.
Las cuatro áreas clave del tratamiento en la TDC son la atención plena, la tolerancia a la angustia, la regulación de las emociones y la eficacia interpersonal.
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Un estudio que incluía a 44 mujeres con TCA que se sometieron a la TDC mostró que el 89% de ellas dejaron de comer compulsivamente al final de la terapia, aunque esto se redujo al 56% en el seguimiento de 6 meses.
Sin embargo, hay poca información sobre la eficacia a largo plazo de la TDC y su comparación con la TCC y la TPI.
Aunque la investigación sobre este tratamiento es prometedora, se necesitan más estudios para determinar si puede aplicarse a todas las personas con TDC.
Resumen: La TDC considera los atracones como una respuesta a las experiencias negativas de la vida cotidiana. Utiliza técnicas como la atención plena y la regulación de las emociones para ayudar a las personas a enfrentarse mejor y dejar de tener atracones. No está claro si es eficaz a largo plazo.
Terapia de pérdida de peso
La terapia conductual de pérdida de peso tiene como objetivo ayudar a las personas a perder peso, lo que puede reducir el comportamiento de atracones al mejorar la autoestima y la imagen corporal.
La intención es realizar cambios graduales en el estilo de vida saludable con respecto a la dieta y el ejercicio, así como controlar la ingesta de alimentos y los pensamientos sobre la comida a lo largo del día. Se espera una pérdida de peso de aproximadamente 0,5 kg por semana.
Aunque la terapia de pérdida de peso puede ayudar a mejorar la imagen corporal y a reducir el peso y los riesgos para la salud asociados a la obesidad, no es tan eficaz como la TCC o la TPI para detener los atracones.
Al igual que el tratamiento habitual para la pérdida de peso, la terapia conductual para la pérdida de peso ha demostrado que sólo ayuda a las personas a conseguir una pérdida de peso moderada y a corto plazo.
Sin embargo, todavía puede ser una buena opción para las personas que no tuvieron éxito con otras terapias o que están interesadas principalmente en perder peso.
Resumen: La terapia de pérdida de peso pretende mejorar los síntomas de los atracones reduciendo el peso con la esperanza de que esto mejore la imagen corporal. No tiene tanto éxito como la TCC o la terapia interpersonal, pero puede ser útil para algunos individuos.
Medicamentos
Se han encontrado varios medicamentos para tratar los atracones y suelen ser más baratos y rápidos que la terapia tradicional.
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Sin embargo, ningún medicamento actual es tan eficaz en el tratamiento del SDE como las terapias conductuales.
Los tratamientos disponibles incluyen antidepresivos, antiepilépticos como el topiramato y fármacos tradicionalmente utilizados para los trastornos hiperactivos, como la lisdexanfetamina.
La investigación ha descubierto que los medicamentos tienen una ventaja sobre el placebo para la reducción a corto plazo de los atracones. Los medicamentos han demostrado ser un 48,7% eficaces, mientras que los placebos han demostrado ser un 28,5% eficaces.
También pueden reducir el apetito, las obsesiones, las compulsiones y los síntomas de la depresión.
Aunque estos efectos parecen prometedores, la mayoría de los estudios se han llevado a cabo durante periodos cortos, por lo que aún se necesitan datos sobre los efectos a largo plazo.
Además, los efectos secundarios del tratamiento pueden incluir dolores de cabeza, problemas estomacales, alteraciones del sueño, aumento de la presión arterial y ansiedad.
Dado que muchas personas con DEB tienen otras enfermedades mentales, como la ansiedad y la depresión, también pueden recibir medicamentos adicionales para tratarlas.
Resumen: Los medicamentos pueden ayudar a mejorar los atracones a corto plazo. Sin embargo, se necesitan estudios a largo plazo. Los medicamentos no suelen ser tan eficaces como las terapias conductuales y pueden tener efectos secundarios.
Cómo superar los atracones
El primer paso para superar los atracones es hablar con un profesional médico. Esta persona puede ayudar con un diagnóstico, determinar la gravedad del trastorno y recomendar el tratamiento más adecuado.
En general, el tratamiento más eficaz es la TCC, pero existe una serie de tratamientos. Dependiendo de las circunstancias individuales, puede funcionar mejor una sola terapia o una combinación de ellas.
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Independientemente de la estrategia de tratamiento que se utilice, es importante adoptar también un estilo de vida y una dieta saludables siempre que sea posible.
He aquí algunas estrategias útiles adicionales:
- Llevar un diario de alimentos y estados de ánimo. Identificar los desencadenantes personales es un paso importante para aprender a controlar los impulsos de los atracones.
- Practica la atención plena. Esto puede ayudar a aumentar la conciencia de los desencadenantes de los atracones, al tiempo que ayuda a aumentar el autocontrol y a mantener la autoaceptación.
- Encuentra a alguien con quien hablar. Es importante tener apoyo, ya sea a través de la pareja, la familia, un amigo, grupos de apoyo a los comedores compulsivos o en línea.
- Elige alimentos saludables. Una dieta compuesta por alimentos ricos en proteínas y grasas saludables, comidas regulares y alimentos integrales ayudará a satisfacer el hambre y a proporcionar los nutrientes necesarios.
- Empezar a hacer ejercicio. El ejercicio puede ayudar a mejorar la pérdida de peso, mejorar la imagen corporal, reducir los síntomas de ansiedad y mejorar el estado de ánimo.
- Duerme lo suficiente. La falta de sueño se asocia a una mayor ingesta de calorías y a patrones alimentarios irregulares. Se recomienda dormir bien al menos 7-8 horas por noche.
Resumen: La TCC y la TPI son las mejores opciones de tratamiento para el TCA. Otras estrategias son llevar un diario de alimentos y estados de ánimo, practicar la atención plena, buscar apoyo, elegir alimentos saludables, hacer ejercicio y dormir lo suficiente.
Resumen
El trastorno por atracón es un trastorno alimentario común que, si no se trata, puede afectar gravemente a la salud de la persona.
Se caracteriza por episodios repetidos e incontrolados de ingesta de grandes cantidades de comida y suele ir acompañada de sentimientos de vergüenza y culpa.
Puede tener efectos negativos sobre la salud general, el peso corporal, la autoestima y la salud mental.
Afortunadamente, existen tratamientos muy eficaces para el TDC, como la TCC y la TPI. Muchas estrategias de estilo de vida saludable pueden incorporarse a la vida cotidiana.
El primer paso para superar el TAB es pedir ayuda a un profesional médico.